Hay un debate público en Yucatán (como si no tuviéramos cosas más importantes para dirimir), hasta cierto punto primitivo y torpe, respecto de la conveniencia según algunos de quitar (sí, de derrumbar) la recién inaugurada estatua que conmemora a los Montejo, padre –el Adelantado- e hijo -el Mozo-, quienes junto con un tercer Montejo que no aparece en el grupo escultórico, el sobrino del Adelantado, fueron los conquistadores en nombre del imperio español de la Península de Yucatán, la tierra del Mayab, en los albores del siglo XVI y fundadores de la Ciudad de Mérida en 1542.
Los detractores del monumento usan como argumento principal para su exigencia de eliminar la obra que desde hace unos pocos meses adorna el Paseo de Montejo en la capital yucateca, la maldad y la injusticia aplicada por los conquistadores a quienes ahora se recuerda, y desde luego, lo inicuo de una guerra de conquista que hace cinco siglos sometió a los mayas, habitantes y dueños de la región hasta la llegada de los europeos, que impusieron por la fuerza su tecnología, su religión y su control social, político y económico a lo largo de los tres siguientes siglos, hasta que vino el momento emancipador, a principios del siglo XIX, que constituyó al Yucatán que hoy conocemos como parte, no sin ajetreos, de la república mexicana.
Diríase que esta petición de algunos de derribar lo que no les gusta es por lo menos insólita y está plagada de curiosidades que motivan este editorial:
Curioso momento de juzgar a los conquistadores. Se dice, para justificar, que es propicio el bicentenario de la guerra de independencia que nos embarga en estos días y que ciertamente nos obligaría a no rendir homenaje a quienes dominaron por la vía de la violencia a los habitantes primigenios de la península.
Más curioso el hecho que quienes quieren derruir la estatua, plantean hacerlo en el idioma de quienes fueron los conquistadores. Ninguno de los manifestantes que exigen la demolición, que se haya sabido, habla la lengua maya.
Aún más curioso todavía es que el monumento está emplazado en la principal avenida de Mérida que recibe precisamente el nombre del conquistador, en el Paseo de Montejo. Por cierto, y es curioso también, que en el otro extremo de la propia avenida meridana se encuentra el monumento dedicado a Gonzalo Guerrero, personaje denominado en la península el padre del mestizaje, español, andaluz por más señas, que llegó a estos lares como náufrago, poco antes que los Montejo, y quien después de escapar de la muerte que estuvieron a punto de causarle los mayas (como lo hicieron con sus compañeros de naufragio, con excepción de él mismo y de Jerónimo de Aguilar, que más tarde se reuniría con Cortés para emprender la conquista del altiplano), se refugió entre ellos y fundó familia engendrando prole, para después renunciar a su patria de origen, a su rey, a su religión y combatir a sus paisanos, comandando inclusive tropas mayas en la defensa del territorio que buscaban avasallar los conquistadores.
Curioso es también que en Yucatán hay monumentos conspicuos conmemorando a personajes como Fray Diego de Landa, religioso responsable de la destrucción dramática de códices y piezas invaluables para la comprensión de la historia de los mayas, en aquel famoso “auto de fe”, en la población de Maní, el 12 de julio de 1562. Nadie, nunca, se ha quejado ni pedido la destrucción de su estatua(s) ¿Será porque éste era sólo un conquistador de almas y no guerrero como los otros? ¿Porque éste era un religioso franciscano protegido por la inquisición, que quería muy seguramente el bien de los indígenas mayas?
Curioso es que en Mérida, que así se llama nuestra ciudad porque los conquistadores le pusieron el nombre por petición de los extremeños que venían en la expedición de conquista, vivan bien y bonito los detractores monumentales, y ninguno, nunca, que yo sepa, ha pedido que vuelva a llamarse T’Hó, nombre de la ciudad prehispánica que había sido abandonada y en cuyas ruinas Francisco de Montejo y León, el Mozo, que aparece con armadura en el conjunto escultórico, se asentó por instrucciones de su padre.
Y curioso que en esa Mérida y en todo Yucatán, se sigan construyendo fraccionamientos, bautizándolos con el nombre de quien conquistó y nadie vaya a quemar las casas de los mayas, mestizos y criollos que en esos barrios viven.
Curioso es, en fin, que a estas alturas de la historia vengan unos trasnochados a reivindicar las derrotas de un pueblo, al que esos mismos trasnochados humillan y explotan sin misericordia (o al menos observan pasivamente que eso suceda sin hacer nada efectivo por evitarlo) para pedir que se destruya un monumento que lo único que hace es recordar a una mitad de nuestros orígenes.
Cuántas curiosidades, ¿verdad?
El mismo derecho tendrían y tienen, en el Yucatán actual, de figurar con monumentos erigidos a su memoria los Montejo, Gonzalo Guerrero, Nachi Cocom, Tutul Xiu, el mismísimo Zamná, sacerdote y dios del panteón maya, y hasta el cura franciscano Diego de Landa, quien después quiso redimirse, quizá para compensar, escribiendo su famosa “Relación de las cosas de Yucatán”. Todos ellos finalmente, vale la pena recordarlo, son padres fundadores de lo que somos.
Recordemos también que la cultura del monumento pretende por sí misma de hablar a todas las épocas. El monumento no es necesariamente un símbolo de pleitesía o de sometimiento, como algún exagerado ha dicho en medio de estos debates tristes, sino que es, como su propia definición plantea, una obra pública puesta en memoria de una acción singular. Y los Montejo, vaya que protagonizaron una acción singularísima, gracias a la cual todos los parlanchines, incluyéndome a mí mismo, estamos hoy y aquí, tomándonos sorbetes en el "Colón" (of all names) del Paseo de Montejo, por las viejas e irreconocibles calzadas de T'Hó.
Gonzalo Guerrero, padre del mestizaje, en el otro extremo del Paseo de Montejo.
RMM.
Mérida, la de Yucatán, en octubre del 2010.
Curioso que quiera escribir sobre lo que no sabe. Antes de escribir debiera enterarse bien de las cosas. Por ejemplo: 1. la primera organización que se quejó del monumento es KUXA'ANO'ON A.C. y es indígena. 2. Los trasnochados y racistas son la que la erigieron para exaltar su estirpe (J.F. Peón Ancona) y para "saldar un compromiso" y el alcalde panista semicretino que le hizo caso (léalos). 3 Las posiciones de "derribar" es de una sola persona (Lugo) y no ha ratificado su propuesta. En fin, hay muchos artículos en la prensa con muchas posciones desde el 25 de junio, días antes de la erección. 4 No se tiene que ser maya para estar en desacuerdo. No es un problema de "raza". ¿Lo entiende? La pugna es también ideológica porque efectivamente se quiere justificar la conquista y la dominación maya (Primera columna del Diario de Yuc) como algo glorioso. El nombre de Fco de Montejo al fraccionamiento vino del gobierno de Dulce Sauri, no de la gente ni por consulta. Landa tiene un monumento, sí, por ser uno de los más cerdos y más apoyado por la iglesia en su momento. Me da pena ver cómo no se ha entendido que en Yucatán, como en México, los monumentos son iconos destinados a legitimar proyectos políticos del pasado, hechos por los que se creen sus descendientes o por puro populismo. ¿No? Enfrentar eso no es anacrónico ni trasnochado. Saludos.
ResponderBorrarCómo nos haría falta estos vociferantes rabiosos que no hace falta que nos defiendan con sus quejas sin sentido. El veradadero pueblo maya ha sobrevivido y seguirá haciéndolo con ellos y sin ellos. Montejos vinieron representando a un imperio que fue más poderoso que el nuestro hace 500 años. Su monumento tiene razón histórica y los de los nuestros también. Unos por ganar una guerra de conquista y los otros por perderla con dignidad. ¿Que no se han dado cuenta que somos todos un pueblo mestizo producto del encuentro de dos civilizaciones? Yo les diría además de trasnochados, farsantes!
ResponderBorrarNo cabe duda de que Gonzalo Guerrero es el personaje principal de la obra literaria "Hombre De Maíz"(GASPAR DE ILOM),del autor: Miguel Ángel Asturias Rosales,publicada en 1949,en el genero de escritura del "Realismo Mágico".
ResponderBorrar_No nos incorporamos a las discusiones y comentarios de esta pagina,en la cual vertemos nuestra observación,porque tanto,como quien la elaboro,como quienes opinan,no están prestando un favor serio y responsable a la memoria de los mayas y mucho menos al recuerdo,de un gran varón que desafió a un gran imperio de esa época,su propia Nación,a la que juzgo y condeno con sus acciones incivilizadas,crueles e inhumanas,como también genocidio o lesa-humanidad,como se conoce en la actualidad,esa anti-natural conducta y proceder...
_SOLO ESTABA CAVILANDO Y MEDITANDO,PERO ESCRIBÍ,SIN ANIMO DE OFENDER NI ZAHERIR A ALGUNO O A TODOS EN GENERAL.Pero,¡Que tal!,si nos ilustramos un poco mutuamente con fines constructivos y edificativos;ya que mi propia ignorancia de algún que otro punto del tema y del asunto,me desconsuela por ver que otros no lo comprendan,como parte de nuestra formación y educación colectiva y generalizada,siendo que somos tierra de la misma tierra del mismo pueblo en que vivimos,AMÉRICA.
Gracias Pérez Luis por tu comentario. Fue justamente el desconsuelo de asistir a un debate sin sentido que se dio en su oportunidad en mi terruño el que me hizo redactar esta entrada. Y sí...
ResponderBorraryo también creo que somos tierra de la misma tierra y gente del mismo pueblo: América!
La ambiguedad de este mundo, es lo que le da ese sabor tan especial a la vida. El punto de vista que expones en tu post, me pareces realmente fuera de contexto. Segun al mio, y esto tal vez se deba a mis prioridades, a mi muy personal juicio ante las cosas que suceden en este mundo. Para mi punto de vista, pesa mucho mas el hecho, de que una nacion, envie hombres a otras tierras, para invadirlas, para adueñarse de ellas, pesa mas el hecho, real por cierto, que esos hombres hayan asesinado a cientos de miles de hombres de la tierra invadida, que sus mujeres, hijas, madres, hayan sido violadas, que sus hombres hayan sido asesinados, que ambos generos hayan sido esclavizados, que su tranquilidad haya sido ultrajada, al igual que sus vienes materiales y naturales,etc. Para mi juicio son actos tan vergonzosos, tan injustificables, tan viles, que me parece humillante, que ademas le pongan monumento a esos saqueadores, y encima defender ese hecho. el que seamos fruto de ese mestizaje, no hace menos los hechos, no justifica en nada todo el daño que hicieron, mas valiera no haber nacido, que estar a favor de ese hecho. El que existan mas colonias, mas monumentos, que exhalten la tragica historia y a los verdugos de nuestro estado, y de nuestro pais, no es mas que un reflejo de la ignorancia y la mansedumbre en la que vivimos, y no quita el hecho de que es mas humillante, que estos verdugos, se encuentren el la avenida principal de Merida, eso lo hace mas humillante aun, porque quienes visitan nuestra ciudad no se regresaran sin conocer esos otros monumentos, esos fraccionamientos, esas colonias con nombres que veneran el recuerdo de saqueadores y asesinos, pero si conoceran el de la avenida principal de esta ciudad. ¿que sigue? ¿un monumento a Hitler? me imagino una la calle principal de Polonia con tremendo monumento a Hitler y sus generales y encima de todo esto, un polaco defendiendo este hecho, al final de cuentas, son muy, muy semejantes sus hechos. imaginate en unos años, un monumento a george bush, en Irak, asi de ridiculo es tener en casa, un monumento al saqueador del hogar. Pero como dije al principio, vivimos en un mundo ambiguo, y un punto de vista, no borra los hechos del otro. saludos
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