Para los bebedores empedernidos de café, para los no tan empedernidos y que beben con sentimientos de culpa y también para todos aquellos que se abstienen bajo la influencia de la publicidad o de los médicos que no pierden oportunidad para intentar separarnos de todo lo que nos gusta, ahora hay buenas noticias. El New York Times acaba de publicar una nota que puede reconciliarnos con el hábito de beber... (café, claro). Ahora podremos hacerlo tranquilamente. Veamos.
Despejando las contradicciones del café.
Por Jane E Brody para el New York Times
Traducido al español por R. Menéndez.
Cuando Howard D Shultz fundó en 1985 la compañía que habría de volverse la exitosa cadena Starbucks, nadie tuvo que decirle que el café era la bebida preferida de los norteamericanos y que la cafeína es la droga legal más consumida en el mundo. Los millones de clientes que hoy desfilan por las cafeterías Starbucks en todas partes son testigos del acierto con que Shultz visualizó esta pasión por el café.
A pesar de que la empresa pudo haber sobreestimado el deseo de los consumidores de pagar 40 pesos mexicanos (4U$) por una taza de café (y que eso tal vez ha restringido el crecimiento de la cadena fuera de Estados Unidos. N del T) –se anunció recientemente que la cadena habría de cerrar cientos de expendios con bajo desempeño- muchos otros imitadores encadenados con la cafeína reflejan los deseos de una sociedad determinada a dormir lo menos posible.
Pero claro, como sucede con cualquier otro producto tomado en exceso, los consumidores sostienen preocupaciones acerca de las consecuencias del consumo de la cafeína sobre la salud y los investigadores obviamente tienden a responder a tales preocupaciones. Es raro el mes que pasa sin que se lean reportes en los que se ponderan las virtudes o se advierten los riesgos del café, del té o de la cafeína.
Muchas veces estos reportes aun contradictorios son correctos y ello se debe a que finalmente el té o el café son productos que contienen una mezcla de substancias químicas que pueden, cada una de ellas, afectar –positiva o negativamente- la salud de quien los ingiere.
Mitos de la cafeína: Al cabo de los años muchas veces el público ha sido mal informado respecto de la cafeína y su fuente más común: el café. En marzo de este año el Centro Científico para el Interés Público (CSPI, por sus siglas en inglés) ha publicado una recapitulación de reportes científicos sobre el tema que a continuación se resume.
Hidratación. Se creyó por mucho tiempo en las características de diurético de las bebidas con cafeína, pero estudios conducidos recientemente han determinado que las personas que consumieron bebidas con hasta 550 mg de cafeína no generan más orina que cuando beben la misma cantidad de bebidas sin ella. Se determinó, en cambio, que tomar arriba de 575 mg de cafeína sí tiene un efecto diurético. O sea que hasta un Starbucks “Grande”, con 330 mg de cafeína no nos llevará inmediatamente al baño, al menos no más rápidamente que si uno tomara la misma cantidad de agua pura. Las bebidas que contienen dosis relativamente bajas de cafeína son hidratantes y contribuyen a satisfacer las necesidades de agua del cuerpo.
Enfermedades cardíacas. Enfermos del corazón, especialmente aquellos con alta presión arterial, son generalmente aconsejados a no tomar bebidas con cafeína que es un estimulante conocido. Un análisis de 10 estudios en más de 400,000 personas resultó en que no había una mayor incidencia de males cardíacos entre los bebedores diarios de café, ya sea que éste tuviera cafeína o no.
“Al contrario de la creencia popular” concluyeron los cardiólogos de la Universidad de California en San Francisco, hay “poca evidencia de que el café o la cafeína en dosis típicas aumente el riesgo” de un ataque cardíaco, muerte súbita o ritmos cardíacos anormales. De hecho, entre 27,000 mujeres que fueron evaluadas durante 15 años en un Estudio de salud de la mujeres de Iowa, aquellas que bebieron entre una y tres tazas de café diarias redujeron su riesgo de enfermedad cardiovascular en un 24 % aunque este beneficio disminuyó conforme fue aumentando la cantidad de café tomada.
Hipertensión. La cafeína induce un pequeño y temporal aumento de la presión sanguínea. Pero en un estudio de 155,000 enfermeras, aquellas que bebieron café durante una década no desarrollaron mayores índices de hipertensión que aquellas que no tomaron la bebida. Y sí en cambio el riesgo aumentó entre las bebedoras de refrescos hechos de “cola”. Otro estudio conducido por la Universidad John Hopkins que evaluó a más de 1000 hombres durante 33 años, encontró que el beber café no tenía un efecto importante en el desarrollo de la hipertensión.
Cáncer. Hubo pánico entre los bebedores de café en los Estados Unidos cuando en 1981 un estudio de Harvard asoció la bebida a un riesgo más alto para desarrollar cáncer del páncreas. El consumo de café disminuyó temporalmente y los investigadores concluyeron que tal vez el cáncer era inducido por fumar y no necesariamente por beber café.En un análisis de 66 estudios internacionales el año pasado, los científicos encontraron que beber café no tenía incidencia significativa en el desarrollo de cáncer de páncreas o de riñones. De hecho se mostró que en comparación con no bebedores de café aquellos que lo hacen tienen la mitad del riesgo de desarrollar cáncer de hígado.En un estudio de 59,000 mujeres en Suecia no se encontró relación entre el consumo de café, té o cafeína y el cáncer de mama.
Pérdidas óseas. A pesar de que algunos estudios han vinculado al consumo de cafeína con pérdidas del tejido óseo y fracturas derivadas de ello, otros estudios han demostrado que sólo hay una pequeña reducción en la absorción del calcio entre los bebedores de café y ninguna incidencia en la excreción del mismo mineral.El Dr. Robert Heaney de la Universidad de Creighton ha dicho que el efecto negativo de la cafeína en el calcio puede ser compensado con un par de cucharadas de leche adicionadas al consumo normal de este alimento. Mencionó que las personas que consuman las cantidades recomendadas de calcio no deben preocuparse por el efecto negativo de la cafeína en sus huesos.
Control de Peso. A pesar de que la cafeína acelera el metabolismo y que aproximadamente 100 mgs de ella pueden quemar entre 75 a 100 calorías extras durante el día, contra lo que se ha dicho, no se encontró que la ingesta de cafeína a través del café tuviera ninguna incidencia en el control de peso de los bebedores en el largo plazo. Sí, por el contrario, en uno de los estudios aludidos se determinó que las personas que aumentaron su consumo de cafeína ganaron más peso que aquellas que no lo hicieron.
Beneficios para la salud:
Probablemente de entre las propiedades más importantes de la cafeína está su capacidad para mejorar el desempeño mental y físico de las personas. En consumos del orden de 200 mg los usuarios experimentan un mejorado sentido de bienestar, de alegría, de energía, del sentido de alerta y de la sociabilidad. Roland Griffiths de la Escuela de Medicina de John Hopkins ha reportado, sin embargo, que niveles superiores de consumo causan en ocasiones ansiedad y malestar estomacal.
Millones de americanos carentes de un sueño suficiente y reparador dependen de la cafeína para su transcurrir cotidiano y para regresar manejando a salvo a casa, ya que la droga mejora el sentido de alerta y el tiempo de reacción del individuo con déficit de sueño y mejora su habilidad para desempeñar tareas complejas en esas condiciones.
Para la gente activa, la cafeína aumenta la resistencia en actividades aeróbicas y mejora el desempeño individual en las anaeróbicas. Esto se debe quizá a que la droga bloquea parcialmente el dolor y mejora la capacidad para quemar grasas para la combustión en vez de carbohidratos.
Recientes hallazgos relacionados con algunas enfermedades sólo contribuyen a la popularidad del café y del té. Trece estudios mostraron que los bebedores de café no descafeinado tenían un 30% menor riesgo de contraer el mal de Parkinson.
Otro resultado que se encontró, fue que los bebedores de 4 a 6 tazas de café al día, en comparación con los que no tiene esa costumbre, tienen un 28% menos de riesgo de enfermar de diabetes tipo 2. Esto último posiblemente debido a los antioxidantes y al ácido cloragénico contenidos en el café.
Contenido de cafeína expresado en (mg.)
Café descafeínado y Té. Una taza.. ( 2)
Te negro hervido. Una taza. (47)
Té verde hervido. Una taza. (30 to 50)
Café normal. Una taza..(95)
Taza de café “Grande” Starbucks. (330)
Refrescos embotellados
Coca-Cola Clásica. 330 ml. (35)
Diet Coke, 330 ml 47
Red Bull, 8.3 oz. (76)
Alimentos
Una barra de chocolate con leche Hershey’s (5)
Danone yogur de café 200ml. (30)
miércoles, 6 de agosto de 2008
¿Qué hay de nuevo con el café?
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